martes, 22 de abril de 2008

Una noche de invierno


Bajo la sucia y fría luz de un poste santiaguino,
una chica y un muchacho, uno frente a otro, se miraban a los ojos.
Él temblaba, quizás por lo helada que estaba la noche,
o quizás por lo que sentía por aquella chica de mirar dulce y hermosa sonrisa;
intuitiva, alegre… y lejana.
-Me tengo que ir- dijo el chico, desanimado,
deseando que sus palabras detuviesen el tiempo
para poder mirar aquellos ojos infinitos,
profundos como el cielo nocturno, para siempre.
-Está bien- respondió ella, intentando calmar la tempestad en su interior.
Se abrazaron bajo la fría luz de la calle y permanecieron así,
sin que ninguno se atreviera a soltar al otro,
temiendo que ese fuera el último abrazo que se darían.
Y esa noche de invierno siguió su curso,
aunque ahora a ninguno de ellos les parecía tan fría como antes.


José Catalán
18 años

3 comentarios:

francisca contreras dijo...

Tu cuento esta divino!!! Me encantan los hombres románticos, aunque tu cuento también deja entre ver algo de melancolía. Ojalá sigas publicando tus cuentos.

Francisca Contreras

Danu~ dijo...

Excelente!
Como que la situación tiene un aroma a declaración y a despedida a la vez.
Sigue publicando!

Rodrigus.etceteri dijo...

José! que genial fue leer algo escrito por ti en un sitio así... revise el blog y está buenisimo..

me egusto mucho tu relato, me imagine en ese ambiente frio de una de las tantas esquinas de santiago...

TE felicito!! los felicito por el blog =)
saludos